Hoy estaba en mi casa, un poco
triste por cosas que me habían pasado a nivel laboral, y tratando de
recuperarme emocionalmente, cuando recibí una visita inesperada. La verdad
nunca me tocan el timbre de mi departamento, y menos un día antes de navidad!
Era loco, diría de destino.
Era Claudia Peceros,
la emprendedora de 22 años que ha creado la marca de artículos de fiesta
infantil Oh Payasa que tiene un poderoso storytelling e insight detrás “el
lugar donde todos somos niños” y que se ha convertido en un caso de éxito empresarial.
Entre su cartera de clientes tiene a Kipling, LifWeek, Starbucks….etc y en su
tienda suele recibir la visita de muchos “famosos”, entre ellos periodistas
como Nano Guerra Garcia y Juan Infante interesados en su caso, que ella no sabe
bien cómo explicar pero que ella inteligentemente plasma en sus redes sociales “Este
año he dado muchas entrevistas, y no sé cómo” confiesa.
La Persona detrás de la Emprendedora
Yo conocía a Claudia desde hace
unos meses. Coincidimos en un Seminario de la Universidad Cayetano Heredia
donde un compañero de nuestra consultora Consumer Truth iba a dar la
charla. Mi esposo y yo habíamos decidido
apoyarlo yendo, y allí estaba Claudia, esperando tal vez cruzarse conmigo (eso
me lo confesó después). Al final de la charla se acercó y me comentó quien era
y qué hacía. Como siempre, lo hizo con mucha humildad, casi como si estuviera
dando una confesión. Mi esposo luego me contó lo que había hecho y su corta
edad. Quedé sorprendida. Como es usual en mí cuando algo me llama la atención,
empecé a googlear su nombre y buscar en twitter
y Facebook
también. Lo encontré. Era una estudiante que había dejado un puesto seguro en
la Transnacional NESTLE como trade marketing para arriesgarse a poner su propia
tienda y todo a los 20 años! Era además la hija de dos padres abogados (un juez
y una fiscal) que tenía 2 hermanos estudiando/trabajando en leyes y que la persuadían
de dedicarse a lo mismo “pero yo fui rebelde, quería hacer lo propio, nunca me
desanimé…cuando salí de Nestlé me comentaron que querían quedarse conmigo 2
años más pero yo no quería abandonar mi sueño…” Su historia, como la de muchos
emprendedores, de pronto me sedujo.
Tiempo después, cuando mi
compañía necesitó de algunos arreglos y ambientación festiva para un Workshop
que estábamos organizando en Consumer Truth, llamamos a Claudia (o mejor dicho
a Oh Payasa). Y pude conocer “in situ” su calidad profesional y humana. 10
puntos. No solo nos hizo un excelente trabajo sino que me trajo de regalo
presentes y esto quedó grabado en mi como un detalle humano muy significativo.
Hasta hoy tengo los regalos en mi oficina, recordándome el origen y dejando una
huella mnémica de su marca…casi inconscientemente, diría yo. Es el recuerdo de
un gesto, de un detalle.
La visita de Navidad
Pues de allí le perdí un poco el
rastro, aunque de momentos veía sus comentarios en Facebook y Twitter, hasta el día
de hoy. Mi esposo me llamó comentándome que Claudia estaba afuera del
departamento intentando dejarnos un regalo y que había preferido llevarlo a
nuestra casa y no a nuestra oficina. Otro detalle que no pasaría desapercibido
para mí. Yo estaba viendo una película dramática en mi casa (como las que me
encantan de historias humanas) y me encontraba algo sensible. De pronto, me vi
con una visita inesperada y una sorpresa mayor. Claudia me sonreía en la puerta
con un inmenso papa Noel navideño y muchos caramelos de colores alegrándome el
dia. No podía ser todo más surrealista. Hace minutos estaba llorando! (por la película
dramática y por algunos temas personales). Lo siento, soy muy llorona, aunque
creo que eso la gente no lo sabe….siempre creen que los emprendedores somos
fuertes y de roca, aunque no ven las caídas ni los fracasos.
Claudia me saludó con una gran
sonrisa! “Hola Cristina! Feliz Navidad” y para mi era un angelito caído del
cielo. La invité a pasar, y le agradecí. Siguiendo mis costumbres tuiteras, le
tomé inmediatamente una foto al regalo pensando en subirlo a las redes sociales
y un poco para reflejar ese momento. La invité a sentarse y conversar, y esto
no paró por el lapso de una hora y media! De pronto lo que era un saludo
navideño se convirtió en una gran jornada de confesiones e inspiración mutua.
Claudia me comentó que estaba haciendo estos regalos a algunas empresas y
personas significativas para ella, y que prefería hacerlo personalmente (otro
detalle significativo). Me dijo que Jurgen Klaric, su mentor, era uno de ellos
y yo ya sabía de su estrecha relación profesional y me encantó saber que
Claudia es de las personas que agradecen a quienes la inspiran. Este es otro de
los gestos del emprendedor nato: nunca olvidar sus orígenes o sus fuentes.
Siempre recordar el origen y quienes estuvieron allí!
Claudia tuvo a bien comentarme
luego que si bien estaba cansada (finalmente navidad y fin de año es la jornada
más trabajólica para una tienda de sorpresas y globos infantiles) quería agradecer,
y que esto era pues el 2014 había sido muy provechoso y gratificante para ella “he
aprendido mucho” me dijo….y continuó hasta no parar…”solo sé que algo lindo me
pasó este año, conocía mucha gente que me ayudó a definir lo que era, y
animarme a enfocarme 100% en mi tienda, a dejar mis miedos y los NO´s de mis
padres, por apostar por mi…lo hice calladita, pues a mí no me gusta ufanarme de
lo que hago o lo que tengo, porque cuando lo haces asi las cosas se dan…” Yo no
podía dejar de agrandar mis ojos cada vez que Claudia contaba un pedazo de su
experiencia y su historia, cada uno de sus relatos era oro en polvo para mi.
Asi que agarré mi IPAD y empecé a grabar….y lo hice por 1 hora seguida! No
podía parar.
Los inicios del sueño empresarial
Claudia me comentó sus inicios,
como le había puesto el nombre a su empresa (inspirada en Oh Diosas y la frase “eres
una payasa” que le mencionaba siempre su padre)…me comentó también de los retos
de tener que ser minimizada por su familia en un inicio cuando no creían en
ella o pensaban que era mucho más importante trabajar “en una multinacional”
que “tener una tienda” y como todo ello había cambiado ahora que tenía cierto
éxito y “podía levantarse todos los lunes con una sonrisa”. Insight! El
emprendedor ama lo que hace, ama su trabajo y para el los lunes no son carga ni
pesadez, son el inicio de la actividad creativa y la propia transformación
personal, por eso se alegra “hay gente que va a trabajar triste y desganada, se
levanta lo lunes con un pucha pues, y llega a casa con una pesadez directo a la
cama, no tienen ganas de nada y solo esperan el sábado…en cambio yo no, yo
estoy re-feliz cada lunes, me levanto con energia, saludo con entusiasmo a mi
madre y me dedico a ver qué puedo innovar este dia, que nuevo articulo comprar,
con qué sorprender a mis clientes…me encanta lo nuevo, y siempre voy a
apuntando todo en una libretita…porque las ideas me asaltan a cada momento”.
Otra pepa. El emprendedor siempre cazando ideas, siempre buscando reinventarse. "cuando eres emprendedor, los lunes no te quitan la sonrisa!"
Luego Claudia me comentó de cómo
tuvo la dicha de ponerle el slogan a su empresa “donde todos somos niños”. Esto
me llamaba la atención pues yo creía (y sigo creyendo) que es un gran insight.
Y Claudia me confesó que no quería llamar a su empresa “Oh Payasa, globos y
fiestas infantiles” o “Oh Payasa decoración divertida”…quería algo más
impactante, y pensándolo mucho consideró que su negocio era un espacio de
nostalgia divertida, algo que te hace sentir niño nuevamente, y aha! Allí estaba
la idea esperando a ser acuñada. “Desde que puse ese slogan en mi tienda, veo
que la gente pasa y mira el cartel y sonríe, creo que hasta le da ganas de
entrar, los toca emocionalmente”. Otra gran verdad: el poder de una marca está
en conectar y no solo vender y Claudia intuitivamente lo sabe.
Las claves del Éxito Emprendedor: Aprender del Fracaso
Claudia siguió contándome de cómo
todos los días iba al gimnasio “para descargar la mente y oxigenarla” y como
esto le daba nuevos visos para sus ideas; de cómo sus hermanos le preguntaban que
va ser a los 25 o 30 años si es que va seguir abriendo tiendas, y ella confiesa
“no lo sé, haré lo que me gusta hacer y pondré mucha pasión en ello”. Su
tenacidad y perseverancia son sorprendentes, tanto como la lucidez para entender
las claves del éxito en negocio: “a mí me gusta conocer a mis clientes, verlos,
observarlos, estar allí….hoy tengo 6 chicas, pero no es lo mismo
delegar, tienes que saber….solo así podrás sorprenderlos…a veces yo
compro artículos caros y mi mamá me dice que por qué invierto tanto…que puedo
perder, pero yo le digo, no mamá, yo sé que esto se va vender, y dicho y hecho,
se vende, al día siguiente ya no hay….simplemente lo sé”. Nuevamente pienso que
la Intuición Informada y el conocimiento grande del cliente son factores que
motivan a Claudia y otros emprendedores a seguir.
En un momento Claudia llega a
decirme “creo que cuando estás más cerca del fracaso, estás más cerca del éxito
también….no puedes ser exitoso sino aprendes a fracasar” y me sorprende la
lucidez con la que una chica de 22 años pueda llegar a decir esto….no lo he
escuchado en colegas míos tan fácilmente. Se me vino inmediatamente a la mente
mi amigo y colega Juan Miguel Galeas quien también dejó un confortable puesto
de Gerente de Marketing de Rokys para formar su propia consultora bajo la filosofía
de que el fracaso es un impulsador “Al Carajo con el Éxito” es el nombre de su
conferencia y filosofía….y no puede ser más que ilustrativa. También vino a mi
mente el nombre de Rodrigo Saa un profesor chileno de la Universidad Adolfo
Ibañez que es también speaker internacional de negocios y amigo nuestro. Lo vi
una vez dando una conferencia en Paraguay que se titulaba “Soy Rodrigo Saa, y
he quebrado 2 empresas”…me llamó poderosamente la atención. Hasta ese momento
ningún conferencista internacional que yo haya conocido (y he conocido a
varios) habían hablado del fracaso como eje del negocio en una conferencia para
más de 400 personas!! “si quieren pueden pararse e irse de la sala…pero yo
estaré aquí para contar mi historia, he fracasado y hoy estoy aquí parado”
continuaba Rodrigo. No dejé de pensar en eso durante algún tiempo…Y en ese
momento no pude dejar de pensar en mi situación personal. Porque no es fácil
dirigir una empresa, o también dirigir personas. Porque siempre hay desafíos y
estos nunca salen en los libros o se enseñan en las escuelas de negocios.
Cuando Claudia habla y cuenta su
historia personal y de negocios es como si estuvieras llevando un curso o
manual de emprendimiento, solo que esta vez, en vivo y directo. Al final de la
entrevista solo atino a decirle: “Gracias Claudia porque hoy me permitiste ver
no solo a la dueña de Oh Payasa, sino a la persona detrás del negocio, al ser
humano”….y termino pensando en cuánto me parezco a Claudia o cuánto me motiva
su historia a pesar de las diferencias de edad, y rubro. No puedo dejar de
pensar en sus lecciones de grandeza…pero no grandeza comercial, sino de
grandeza personal. Y esto, sin duda, es lo que más inspira en ella.
El propósito de esta historia: Que encuentres la tuya!
No creo en las casualidades, creo
que las personas vienen a ti por un propósito, y el propósito de que hoy 23
Diciembre 2014 me haya cruzado con Claudia tiene un motivo, lo intuyo, lo sé.
No solo me dio ánimo y motivación para seguir mi carrera como emprendedora,
sino que me inspiró a redescubrir el alma inquieta, curiosa, pujante y tenaz
que tal vez estaba adormecida en mi. No tengo palabras para agradecer a Claudia
y lo que hizo hoy. Fue más que un regalo de su tienda Oh Payasa, fue sobretodo
una lección de vida.
Hoy sé que tengo que inspirar a
más emprendedores a sentir lo mismo, a no dejarse vencer por los retos, a mirar
el fracaso como factor de éxito y sobre-todo a sacar lecciones de las flaquezas
y convertirlas en aprendizaje. Hoy aprendí a “fracasar” y no arrepentirme por
eso. Gracias Claudia. Feliz Navidad!
p.d. Escribí este post pensando en que podía servir a otros y quise con él volver a postear en este blog, aquel de mis inicios y el que vio nacer mi propio sueño empresarial. Creo importante recoger las historias de más emprendedores, y por supuesto,
escuchar las suyas. Bienvenido el dialogo!